El despliegue de aparatos y su control en toda la capital por parte de la policía nacional, los convierte en imprescindibles en el control de todo tipo de eventos y situaciones.
Para el mundo del Dron, la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid, se consolida como un pistoletazo de salida para el arranque de esta nueva industria. Si desde hace algún tiempo resulta imposible no ver estos aparatos en cualquier noticiero, después de la cumbre, vamos a poder ver como su uso se convierte en imprescindible.
Su utilidad de forma civil implica el desarrollo tecnológico de muchas actividades sectoriales: agricultura, ganadería, control cinegético, vigilancia de incendios, etc.
Los cuerpos de seguridad del estado se rigen por una normativa diferente al de su uso civil, pero en este ultimo caso, la legislación a nivel, tanto Europea como española, ya permite su uso de forma industrial o particular.
¿Quién ha dicho que no se puede volar drones en España?
Continuamente vemos en las redes sociales quejas de la dificultad de volar drones en España. Que si todo son espacios aéreos, que si prácticamente imposible volar en ciudad, las zonas ZEPA, etc. Afirmación que se ve reforzada por algunos “youtuber del dron” quizás porque las quejas generan más “like”.
Sin embargo, los datos lo contradicen, desde que ha entrado en vigor la nueva reglamentación europea de drones, según fuentes de ENAIRE de las 6.101 operaciones de drones gestionadas para vuelos en espacio aéreo controlado sólo el 4% han sido denegadas en primera instancia, siendo resueltas posteriormente la mayoría de ellas.
Igualmente podríamos valorar las solicitudes de permisos de vuelo en entorno urbano, zonas ZEPA (Zona de Espacios Protegidos Naturales) y otros gestores del espacio aéreo, por ello no podemos plantearnos que no podemos volar drones. Es más, cada día los gestores del espacio aéreo conceden los permisos con una mayor agilidad, tiempos que hasta hace un año eran tan amplios que impedía a los operadores programar operaciones.
Sube el número de Autorizaciones.
Así mismo, podemos ver como se están concediendo autorizaciones de vuelo en categoría especifica con drones de más de 70 Kg, así como, vuelos sin observador a distancias de 6 u 8 Km, incluso enjambres de drones formados por más de 100 aeronaves.
Está claro que se puede volar, lo que debe aprender el sector es que de un piloto u operador ya no se valora, como un elemento esencial, la capacidad de pilotaje que, aunque es importante, también se debe considerar como imprescindible que se dispongan de competencias para saber gestionar la operadora y ser capaz de solicitar los permiso y autorizaciones.
Prima la Gestión junto a la habilidad del manejo del Dron
La nueva normativa exige un alto nivel de gestión y reduce las exigencias para ser piloto. Podemos ser piloto de drones con un curso y examen online en AESA y llegar a pilotar drones de hasta 25 Kg, pero si no sabemos diseñar y gestionar el Manual de Operaciones y pedir los permisos necesarios, ¿de qué nos sirve ser piloto?
El piloto que no vuela su dron es porque no quiere y no porque no pueda. Si no somos capaces de volar, no podemos echarle la culpa a la administración que en los dos últimos años ha hecho un gran esfuerzo para facilitar los vuelos disminuyendo y agilizando la burocracia.
Un dron forma parde del presente y no del futuro, la televisión en sus programas y noticiarios nos lo recuerda diariamente. Es la nueva forma de ver el mundo
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